Su voz y virtuosismo eclipsaron a más de 2.000 personas en un concierto lleno de sentimientos

Si alguien le hubiera dicho a Pablo Alborán que iba a celebrar en plena Feria de Almería un concierto multitudinario, donde su voz, principal instrumento, se iba a convertir en lo más valorado y aclamado, seguramente él no se lo hubiera creído. Sin embargo, su vida ha cambiado radicalmente desde el éxito de su mítico 'Solamente tú' y esto quedó demostrado con lo que pasó ayer en el Palacio de los Juegos Mediterráneos.

Una espera que se hizo «eterna» para más de las 2.000 personas que se dieron cita para escuchar al cantante malagueño, el cuál se hizo de rogar y tardó veinte minutos más de lo esperado en saltar al escenario mientras el ambiente cada vez se encontraba más caldeado. Entonces un latido de corazón, fuerte, sonoro y profundo inundó el Palacio de los Juegos Mediterráneos anunciando la inminente entrada del cantante, ante el rugido incombustible de un público cada vez más exaltado.

Tras este preámbulo, aparecía Pablo Alborán, sonriente mientras el escenario se convertía en una verdadera fiesta de sonidos y luces que junto con los gritos de los espectadores, le ofrecía una calurosa bienvenida que daba por totalmente perdonado el considerable retraso con el que se había empezado.

El cantante después de saludar con cariño a los almerienses y de recordar la unión especial que le ata a esta tierra, ­- motivo por el que rodó parte del videoclip de 'Solamente tú' en el propio Teatro Apolo-, se lanzó con la primera canción que consiguió levantar a un público ansioso por continuar escuchando más temas del malagueño.

Y como la cuestión iba de ritmo, a esta canción le siguió 'Caramelo', la cuál despertó los bailes de los espectadores que coreaban el nombre de 'Pablo' sin cesar, mientras éste les hacía continuos guiños y gestos de cariño que derretían principalmente al sector femenino.

«¡Si es que es guapísimo y fíjate qué giros hace con la voz», gritaba Tatiana, una ferviente fan de Alborán que le sigue allá donde va, sin importarle ni las distancias ni los precios de las entradas. Precisamente por este motivo y por agradecer el cariño que continuamente le brinda la gente, Pablo Alborán no quiso hacer esperar por más tiempo el tema que le ha catapultado a la fama y empuñando su guitarra interpretó sutilmente, 'Solamente tú', momento en el que las manos y mecheros se alzaron en el Palacio de los Juegos Mediterráneos, generando un ambiente cómplice y romántico acompañando al cantante.

Esta emoción provocada por la suavidad y virtuosismo de su voz, continuó alimentándose con uno de los temas más cargado de sentimiento dentro de su primer disco, como es 'Desencuentro', recordando después de esto a todos sus fans la felicidad que sentía porque «habéis conseguido hacer que viva en un sueño».

Sin embargo y para que no fueran todo bailes pegados y temas lentos, Alborán incorporó en su repertorio temas más movidos que también contenían contundentes mensajes como 'Loco de atar', canción que surgió a raíz de un encuentro con un vecino vagabundo de su barrio del cuál todos hablaban sin conocer y por ello el malagueño decidió por medio de su letra recompensar.

Y así tras recordar a su «hada madrina, Diana Navarro» e interpretar su tema 'Deja de volverme loco', se sucedieron los minutos vertiginosamente y las canciones para disgusto de muchas de sus fans que hubieran querido que «se parase el tiempo para estar con él», suspiraba Maite enamorada. Y como ella, muchas más quedaron rendidas de un ambiente emotivo, enmarcado por las románticas letras y continuos giros de una música con solidez y calidad que hace de este artista un fenómeno tan completo.

Fuente: Ideal.es