Radio Fariña

Desbordante es un adjetivo que se queda corto a la hora de describir el entusiasmo mostrado por el público de Rock in Rio 2011. Dispuestos a bailarlo todo, sobre todo a los artistas locales, ellos son los auténticos protagonistas de esta cuarta edición de un evento que regresaba a Río de Janeiro tras diez años de ausencia, gracias al auge económico brasileño. Además, sirve de prueba a la ciudad con vistas a la futura organización del Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.

Hoy concluyó la primera parte, que tendrá su continuación a partir del jueves que viene y hasta el domingo, 2 de octubre. La primera jornada, junto al carácter nostálgico por la celebración de los 25 años de existencia del festival, también dejó un sabor agridulce. Muchos asistentes se quejaron de falta de seguridad dentro del recinto —de 150.000 metros cuadrados—, de los problemas con el transporte público, de los retrasos en los horarios previstos de las actuaciones y de las largas colas para cualquier compra de víveres. Para prevenir robos, se hizo llamar desde el día siguiente a efectivos de la policía militar, que, con sus armas bajo el brazo, ofrecían una extraña e inquietante estampa en medio del ambiente festivo.

Si hay que señalar a un grupo que supo calentar la fría noche carioca —estamos en los primeros esbozos de la primavera—, ese fue Red Hot Chili Peppers. Su arsenal de himnos de funk-rock es suficientemente jugoso como para compensar las canciones que interpretaron de su nuevo álbum, «I´m with you», que no lograban calar entre el público. La actuación inspirada y energética de su bajista, Flea —vestido con una camiseta de la selección brasileña—, condujo a la banda a una actuación, el sábado, con resultados arrolladores.

También merece una mención especial Elton John. A sus 64 años, protagonizó un recital lleno de emoción y poderío. Temas como «Tiny dancer» o «Rocket man» cobran en su voz y en su piano una espectacular magia que renueva en cada concierto. Tampoco desmereció, en la misma sesión del viernes, que no regateó esfuerzos para agradar al público, con decorados de colores y caramelos gigantes, divertidos vídeos a su espalda, bailarines que saltaban a su alrededor y continuos (y vertiginosos) cambios de vestuario.

Hizo su aparición en el escenario desde una plataforma que bajaba del techo, y llegó a subir a un descamisado y anonadado muchacho del público al que, después de marear un poco y por sorpresa, dio un beso que, literalmente, le hizo caer al suelo. En ese día en el que los adolescentes poblaban la llamada Ciudad del Rock, Rihanna fue la encargada de cerrar la jornada, a una hora ya intempestiva, más allá de las dos de la madrugada.

Rock in Rio continuará con cuatro días más de conciertos, con nombres como los de Kesha, Jamiroquai y Stevie Wonder (jueves, 29); Lenny Kravitz y la inevitable Shakira(viernes); Maná, Marron 5 y Coldplay (sábado) y Evanescense, System of a Down y Gun´s N´Roses el domingo. La presencia española se reducirá a Macaco y The Monomes.

^{Fuente: abc.es}